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10 feb 2011

Depredadores del Picudo Rojo

Ensayan escudos biológicos con insectos y hongos depredadores

La fumigación con insecticidas y la aplicación de pinturas especiales en el tronco son, hasta la fecha, las armas principales para frenar el avance del picudo rojo. Sin embargo, los ensayos científicos desarrollados en los últimos años por el Instituto Valenciano de Investigación Agraria, el IVIA, o instituciones docentes como la Universidad de Alicante, están ofreciendo resultados muy esperanzadores en los laboratorios. Como no hay peor cuña que la de la propia madera, las armas del futuro para mantener a raya a esta especie invasora son dos escudos biológicos: uno tiene como principal componente un hongo y el otro, un insecto, Ambos, en cualquier caso, consumados depredadores.


El IVIA está en contacto con expertos y biólogos latinoamericanos para que les proporcione una especie exótica de insecto originaria del continente americano con el fin de usarla como arma para que ataque al picudo rojo. Consideran que las características de esta especie exótica son ideales, ya que tiene todas las de ganar a la hora de atacar al picudo porque tiene mucha más fuerza que él, pero al mismo tiempo, aseguran que no supone una amenaza para el árbol.

A finales del pasado mes de septiembre, investigadores de la Universidad de Alicante dieron a conocer otro antídoto en el que estaban trabajando desde hace dos años y cuyo principal componente es un hongo depredador, de probada eficacia para prevenir y combatir el picudo rojo en las palmeras.


Ese hongo depredador, el Beauveria bassiana, causa la muerte del 90% de los insectos en dos semanas y del 100% en 24 días, aunque su principal ventaja es el carácter preventivo al proteger a la planta del picudo rojo durante cuatro meses, el doble de tiempo que los compuestos químicos.


Este agente biológico infecta al picudo rojo gracias a los apresarios, unos filamentos que degradan la cutícula del insecto, que le permiten introducirse en él para liberar toxinas hasta matarlo.


El estudio está dirigido por la investigadora Berenice Güerri, adscrita al Instituto Multidisciplinar para el Estudio del Medio (IMEM) Ramón Margalef de la Universidad de Alicante, y cuenta con la participación de la Conselleria de Agricultura, Pesca y Alimentación, el Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria (INIA) y el Instituto de la Mediana y Pequeña Industria Valenciana (IMPIVA).



Los mirlos y las ratas, depredadores naturales


El picudo rojo comienza a tener depredadores naturales. Los mirlos y las ratas encuentran en las larvas un bocado apetitoso. Los expertos son cautos con el efecto de los depredadores porque las larvas perforan galerías de más de cinco metros en los troncos. La bióloga Susana Gómez aseguró que los depredadores naturales no son la panacea para acabar con la plaga, pero insistió en que sí se puede combatir eficazmente con un tratamiento integral. Los investigadores también consideran un error limitarse a talar las palmeras infectadas porque "se ha demostrado que el picudo se propaga más rápido".





Bibliografia
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8 feb 2011

Palmera fósil de 70 millones de años

Los restos fósiles encontrados de la palmera Sabalites longirhachis en esta zona del Sur de los Pirineos datan del Cretácico Superior, correspondiente a hace 70 millones de años. Esta investigación realizada por miembros del ICP entre otros, sirve para saber cómo eran estas palmeras y como podía ser el entorno donde vivían los últimos grandes dinosaurios saurópodos que habitaron en la Tierra.

Las hojas más completas de la Sabalites longirhachis fueron descubiertas en los yacimientos de Fumanya (Berguedà) y Piñas (Alt Urgell) en el 2008. Hasta ese momento, de esta palmera sólo se conocían hojas fragmentadas procedentes de Francia, Austria, Rumanía y la Conca de Tremp.

Por primera vez se ha propuesto una hipótesis de cómo podía ser la palmera entera en un nuevo estudio publicado en la revista Review of Palaeobotany and Palinology los investigadores Josep Marmi (Instituto Catalán de Paleontología), Bernard Gomez (Universidad Claude Bernard Lyon), y Carles Martín-Closas y Sheila Villalba-Breva (Universidad de Barcelona).

La reconstrucción ha sido posible gracias a casi las ochenta hojas, las decenas de impresiones de troncos y algunas cepas con raíces atribuidas a la palmera encontradas en Fumanya.

Los restos fósiles de Fumanya han permitido reconstruir una de las palmeras más antiguas conocidas a nivel mundial. La Sabalites longirhachis se encontraría en el inicio de la historia del linaje de las palmeras, se conocen restos en yacimientos franceses de hace unos 84 millones de años. Sin embargo los restos más antiguos de palmera son de hace alrededor de 90 millones de años.

Esta investigación también indica que las palmeras no han sufrido muchos cambios físicos en su historia evolutiva. Concretamente la Sabalites longirhachis podría alcanzar los 14 metros de altura, tendría un sistema de raíces dispuesto radialmente que estaría en la parte más superficial del suelo, un tronco liso y recto con una corona de hojas palmeadas en su extremo superior, bajo la cual permanecerían los restos de hojas secas y muertas. Todas estas características se pueden observar en palmeras de hoy en día.

Gracias al estudio, se conoce que las Sabalites crecen en pequeñas áreas pantanosas en las orillas de lagos de agua dulce, en regiones costeras. Con esta información se añaden nuevos datos a la reconstrucción del paisaje de Fumanya y se conoce el ecosistema donde vivieron los grandes dinosaurios saurópodos del grupo de los titanosaurios, hace 70 millones de años.

Igualmente nos permite saber que, en aquella época, el clima del noreste de la península ibérica era mucho más cálido que en la actualidad, de tipo tropical. El hecho de que encontramos las hojas y los troncos de palmera "arrancados" y dispersos en el mismo estrato rocoso indicaría que estos árboles habrían sufrido en más de una ocasión el efecto de fuertes tormentas o vendavales, por otro lado, fenómenos meteorológicos típicos de climas tropicales.






Bibliografia

Instituto Catalán de Paleontologia.

La semilla germinada más antigua del mundo

Un equipo de científicos israelíes logró que germinara la semilla de una palmera datilera con una antigüedad de 2.000 años según las dataciones por radiocarbono. Esta semilla se halló en unas excavaciones en Masadá en el año 1973, aquí se encontraba un fuerte histórico donde los judíos resistieron las fuerzas de asalto romanas en el año 73 d.C.


Sarah Sallon, una especialista en plantas medicinales, rescató algunas de las semillas de palmera encontradas que se hallaban en un cajón para realizar todo un reto, hacer que germinasen. Junto a Elaine Solowey, directora del programa experimental de cultivos del NMRC para el desarrollo de plantas que crezcan bien en Oriente Medio

Para revitalizar la semilla la Doctora Solowey, puso la semilla a remojo en agua caliente, esto hizo que la cubierta se ablandara y fuera nuevamente permeable y capaz de absorber agua. Luego introdujo la semilla en una solución de fertilizantes y nutrientes a base de algas.
El 25 de enero del 2005 la puso en una maceta aislada y para el mes de marzo del mismo año la primera hojita comenzaba a salir a la superficie, consiguieron que la palmera en cuestión creciera 30 centímetros y produjera 7 hojas.

La palmera de Judea desapareció de la faz de la tierra hace casi 2000 años, fueron destruidas en su totalidad durante las cruzadas. Esta palmera es nombrada tanto en la Biblia, como en el Corán. Judea en tiempos de los romanos era famosa por sus deliciosos dátiles, fruto de las palmeras datileras nativas.



¿Hembra o macho?


No se sabe todavía si Matusalén es hembra o macho, algo que sólo se podrá comprobar en tres o cuatro años. “Si es una palmera hembra se le podría fecundar con el polen de una palmera moderna masculina”, explicó Sallon. Otra posibilidad es tratar de criar una palmera macho a partir otras semillas antiguas.

Hace 5 mil años los habitantes de Babilonia aprendieron a fecundar datileras hembras con polen de las machos, untándolo a mano sobre las flores.
Las palmeras datileras judaicas, llamadas también árbol de la vida, formaban hace 2 mil años densos bosques que llegaban desde el lago Genezareth, en el norte, hasta el Mar Muerto, en el sur.

Después de que los romanos terminaron con el levantamiento judío, en el siglo I después de Cristo, las plantas fueron abandonadas a un estado salvaje y se extinguieron. “Para la época de las cruzadas ya no quedaba casi nada de las plantaciones.” Las palmeras actuales de Israel proceden de Marruecos, Egipto e Irak.
Por lo tanto la palmera datilera que aparece representada en las antiguas monedas romanas de la región, ya no existen la actualidad.


Sallon señaló que Matusalén está sana, aunque algunas de sus hojas muestran puntos blancos. La Universidad de Zurich practicó análisis con radiocarbono a las semillas que no germinaron, así como al folículo de la palmera que se desarrolló, los cuales permitieron determinar que tienen unos 2 mil años.
 
                                       


Gracias a este experimento es posible recuperar a la palmera de Judea original, y esto tiene un gran valor científico, más que simbólico, dado que se pueden estudiar las variaciones genéticas que tuvieron lugar a través de 2000 años en las Phoenix dactyliferas, haciendo comparaciones con las datileras modernas.